Viajar a Londres desde París por 150 euros.

Te apuesto que el título te llamó la atención y te preguntaste ¿Será posible? Pues lo confirmo, es posible. Durante el verano del 2018 realicé un viaje a Londres de cuatro días y tres noches en el cual el objetivo era mantener un presupuesto bajo y tener una gran experiencia. Y debo de confesar que fue difícil, pero se logró sin saltarse ninguna comida y sobre todo, visitar la ciudad. Londres es una de las ciudades más visitadas alrededor del mundo y, sobre todo, es de las más caras. Por eso la opción de transporte fue tomar un autobús de Ouibus, el cual te toma 11 horas para llegar a Victoria Coach Station. Lo sé, suena de espanto 11 horas, pero en realidad vale la pena, y más porque tuve la oportunidad de ir a través del Eurotunnel y costó 48 euros. Hablando del hospedaje, la opción que tomé en ese momento fue en el Smart Hyde Park Inn Hostel y pagué únicamente 31 libras que, para ser servicio de hospedaje en Londres, era un buen precio.

La habitación era mixta y compartida con 15 personas más. Esto puede preocuparte si no estás acostumbrado a este tipo de lugares, pero la realidad es que solo estaba por la mañana para tomar el desayuno y en la noche para dormir. Toma en cuenta que el desayuno incluido era básico: cereales, jugo, café, fruta y pan tostado con mermelada y/o mantequilla. Suficiente para tener el estómago lleno y comenzar el día.

En cuestión de transporte la opción que recomiendo mucho tomar son los clásicos autobuses rojos de doble altura y por supuesto caminar mucho, por lo que no olvides traer una botella de agua y mantenerte hidratado. Para tomar ya sea el metro o los autobuses, necesitarás la tarjeta Oyster que podrás conseguir en la oficina de información dentro de las estaciones de metro. En mi caso particular, preferí usar el autobús londinense ya que es más económico que el metro, además de que te da la posibilidad de conocer algunas calles de la ciudad. El costo de los servicios de transporte fue alrededor de 15 libras.

Todos se preguntarán: "¿y la comida?" No se preocupen, para mí los alimentos son sagrados, tanto así que gasto más en comida que un bolso. Pero en este caso y más cuando viajas con poco presupuesto, la solución es ir a un supermercado o una cafetería y comprar un sándwich y una botella de agua. Otra manera de no morir de hambre fue tomar fruta del desayuno y hacerme un sándwich de mermelada con mantequilla de maní y comerlo como colación. Evidentemente no es lo más nutritivo, pero una vez al año no hace daño. Y para la cena lo que hacía era comprar un yogur de coco de medio litro por 1 libra y ya en el hostel, me lo comía y bebía un vaso de agua. Los gastos aproximados de comidas fueron 15 libras.

Photo by Daniela Pacheco

La parte más entretenida y puede que la más extensa son los sitios turísticos. Para empezar, Londres es una ciudad que puedes conocer mientras caminas. Existen algunos museos como el Museo Británico, que no tiene una cuota fija de entrada y únicamente acepta donaciones. Este museo en particular es tan grande, que puede llevarte un día completo visitar.

Algo que aconsejo mucho son los free tour; algunos pueden ser muy básicos o también pueden ser temáticos. Un ejemplo claro fue que, durante mi viaje, fui a dos free tours: uno fue sobre el barrio Soho y la industria de la música, y el otro fue del famoso Harry Potter. Estas excursiones son maneras extraordinarias y económicas para conocer más sobre una ciudad. Para los que no conocen esta modalidad, al finalizar el tour, se le deja una propina al guía, que, en este caso, sería su pago por realizar sus servicios. Un evento de suma importancia al que tienes que ir si visitas Londres, es el cambio de guardia del Palacio de Buckingham. Es posible que esté lleno de espectadores pero vale la pena y es gratuito, al igual que visitar alguno de los parques como el Hyde Park. El costo total de las visitas fue alrededor de 25 libras.

Evidentemente al final fueron alrededor de 150 euros porque no podía irme de Londres sin mis souvenirs. Seamos realistas, fue un viaje austero y sin grandes comodidades, pero valió la pena poder ir a Londres y disfrutar la vida cotidiana de la ciudad.