Amores en tiempos modernos

Hablar del amor es un tema complejo, donde podemos encontrar gurús o coaches que estén especializados en el tema. Desde Charuca, Matthew Hussey o Jorge Lozano H. Todos ellos de diferentes partes del mundo, pero donde todos coinciden es que para dar amor hay que amarse primero. Y hablamos de ese amor en el que uno procura estar bien, ponerse mascarillas y de vez en cuando consentirse con un helado. Lo cual está perfecto; es más, es maravilloso que te des tus momentos; ninguna de estas acciones está mal, pero ¿cuándo vamos a realmente a amarnos? Y sí, todos se preguntarán, si ésos no son actos de amor propio. Mi respuesta es, no realmente. Amarse a uno mismo es darte ese tiempo, pero para conocerse a uno mismo. ¿Cómo te vas a amar si no sabes quién eres? Y no hablo de los datos con los que llenas los formularios médicos; hablo de ser consciente de qué es lo que quieres para ti, y qué cosas no están alineadas contigo. Buscar aquéllos que te den paz relativamente constante.

Fotografía de Ready Set Jet Set

Viendo y escuchando experiencias de amigos y cómo llevan en su día a día sus relaciones de pareja o de amistad, me doy cuenta de un par de cosas: la primera, es que no conocen la palabra “No”. Permitir que sucedan cosas con las cuales uno no está de acuerdo o que no compaginan con sus valores. Ya sea por miedo a perder a esa persona o simplemente el miedo a estar soltero y por cuenta propia, creando así, el inicio de una potencial relación tóxica, llena de inseguridades y codependencia. En la que uno hace lo que quiere porque la otra persona lo permite, desconociendo así los límites propios. Un ejemplo muy claro y que, aunque digan que jamás les ha sucedido, es estar en el limbo de una relación, en la cuál no sabes para dónde va. Donde posiblemente, tú estás dispuesto a intentar algo bien y el otro pues meh, no sabe lo que quiere. ¿No crees que mereces a alguien que esté dispuesto a darte lo mejor? Está bien dudar, pero no, no es lo mismo dudar en comprar unos zapatos Jimmy Choo que andar cual veleta y llevándote de por medio los sentimientos del otro. Todos merecemos una relación de pareja, en la que ese alguien que esté seguro de estar con uno y comprometerse, no 70%, ni un 85%, sino un 100% de compromiso de involucramiento en la relación, que será un viaje difícil, sí, pero posiblemente divertido. Recuerden que su pareja es un potencial candidato para realizar en equipo, un proyecto de vida. O en el trabajo, aceptando proyectos que desde un inicio sabes que no van a dar frutos, siendo así una crónica de una muerte anunciada, donde uno mismo se complica más la vida. O situaciones que te generan frustración y ansiedad, pero no sabes decir no, porque no conoces tus propios límites. Y cómo lo vas a hacer si no eres consciente de quién eres realmente.

La segunda es de las cosas que más me causan conflicto; es tenerle miedo a decir las cosas. A tener una comunicación lineal y transparente con las personas. ¿Por qué no decirle al otro que lo que hizo te lastimó? o ¿por qué demonios procurar no lastimar más al otro pero que a ti te apedreen con prosa? Y de verdad, veo a gente que se angustia mucho por el qué pensaran los demás de uno. ¿Por? Si lo que debe de ser importante es que haya una sana comunicación y que exista un ambiente que sume, no que reste. Aclaro algo muy importante, si buscas mejorar esta parte de ti, te comunico que existen las mentiras, las verdades y los verdadazos. Estos últimos, hay que saber decirlos, porque tampoco se trata de que ande uno descuartizando los sentimientos y la autoestima de los demás. Puedes intentar utilizar la estrategia de las “tres T”: tino, tono y tacto. En pocas palabras, tienes que ser consciente si en el contexto en el que están es adecuado para decirle las cosas, ¿cómo está la otra persona?, ¿comprenderá en ese momento tu mensaje?, ¿le aporta algo al otro lo que le comunique? Y por último, que no estés tan visceral como para que el mismo diablo te tenga miedo. Las mejores estrategias se realizan pensando en frío. Si tu idea es hacer llegar un mensaje sin una reacción poco agradable, entre estés más tranquilo, las cosas fluirán mejor.

Amores en tiempos modernos empieza entonces por conocerse a sí mismo, poner límites sanos en donde haga falta y sentir que puedes decir la verdad sin lastimar al otro en todo momento y de la mejor manera.